Sabemos que la ansiedad es un trastorno que desde siempre ha estado a la orden del día en un porcentaje muy alto de personas. Si bien es verdad que también ha ido en aumento desde que comenzó la pandemia provocada por la Covid-19 en la que se ha producido razonablemente una explosión de casos.
De esta manera, la salud mental se ha convertido en un tema cada vez menos tabú y más importante, puesto que es imprescindible comprender que la ansiedad no se manifiesta de la misma manera para todo el mundo, si no que tiene diversas fases e intensidades y depende en parte según el momento vital por el que esté pasando la persona.
Podríamos escribir acerca de todos los tipos de ansiedades que existen, pero en este artículo nos vamos a centrar en una en concreto: la ansiedad anticipatoria.
¿Qué es la ansiedad anticipatoria?
La ansiedad anticipatoria es una mezcla de diferentes procesos que ocurren en nuestro organismo: pensamientos negativos proyectados hacia el futuro, sentimientos desagradables y una alta activación de nuestro sistema nervioso.
Así, es el sentimiento y pensamiento que tenemos sobre qué cosas creemos que van a pasar de manera anticipada y que esperamos que van a salir mal. Esa sensación nos sobresalta llegando a la conclusión de que todo irá mal en la vida provocando resultados catastróficos.
A modo de información, la ansiedad anticipatoria está directamente relacionada con un incremento de la actividad neuronal en diferentes partes del cerebro: la amígdala y la ínsula anterior.
Ante eventos estresantes que pueden darse en el día a día de las personas, por ejemplo, alguna revisión médica de algún tipo, alguna exposición de trabajo, etc, podemos estar pensando durante días en diversas posibilidades que nos pueden suceder con pensamientos del tipo “¿y si…?” sin llegar nunca a ninguna solución, siendo nuestros propios pensamientos los encargados de mostrarnos las peores consecuencias de situaciones que no son reales.
¿Cuáles son los síntomas?
Los síntomas de este tipo de ansiedad también son variables según el tipo de persona, intensidad y frecuencia. Sin embargo, los síntomas más comunes podríamos decir que son los siguientes:
- Sensación de falta de aire
- Presión en el pecho
- Taquicardia
- Dolor de cabeza
- Dolores musculares
- Dolor de estómago
- Digestiones pesadas
- Sensación de embotamiento
- Sensación de no poder parar de pensar en lo que nos preocupa
- Dificultad de concentración
- Mareos
Sí es cierto que, en mayor o menor medida, todo el mundo en algún momento se ha preocupado en exceso por algo que puede que finalmente ocurra o no. Sin embargo, lo que para algunas personas puede ser algo aislado, para otros puede ser un pensamiento que llegue a provocar un trastorno de ansiedad. Los síntomas de este tipo de ansiedad en concreto tienen mucho en común también con los de la ansiedad generalizada.
¿Cómo podemos tratarlo?
Así, al igual que la intensidad de los síntomas, el tratamiento dependerá siempre del grado de ansiedad que experimente y de la forma de ser de la persona en sí.
Algunas pautas para manejar esta ansiedad anticipatoria pueden ser:
- Volver al presente à Sabemos que es muy difícil llevarlo a la práctica, pero si solo tenemos la capacidad de vivir el presente, de nada sirve pensar sobre el pasado o el futuro. Es importante bloquear esos pensamientos que provocan esa ansiedad anticipatoria intentando volver al presente para así evitar vivir alejados de nuestra realidad.
- Enfrentarnos a la situación à Si bien cuando nos encontramos ante situaciones estresantes que nos generan ansiedad y miedo las evitamos y creemos que nos encontraremos más tranquilos, lo que se provoca realmente es lo contrario, haciendo que dicha ansiedad aumente. Por lo tanto, el enfrentarnos a la situación estresante, aunque en principio no lo parezca, hace que la ansiedad disminuya ya que, en la mayoría de los casos, es mucho más aterradora la imaginación que la propia realidad.
- Cuidarnos à Es importante cuidarnos físicamente, pero lo es aún más si cabe psicológicamente. Todas las personas en algún momento de nuestras vidas somos conscientes de que es necesario parar cuando nuestro cuerpo enferma. Sin embargo, no siempre lo hacemos cuando es nuestra mente quien pide que paremos. Es por ello por lo que, si tu cabeza te pide parar, le proporciones ayuda acudiendo a terapia. Esto ayudará a entender mejor lo que nos ocurre y a poner en marcha diversas soluciones eficaces para encontrarnos cada vez mejor y poder manejar las situaciones estresantes.
Al final, la ansiedad es una alarma propia de nuestro cuerpo por lo que cuando llegue el momento, es imprescindible parar, escuchar y cuidarse.
Fuentes y enlaces de interés:
Psicología Nafría ¿Qué es la ansiedad anticipatoria? Síntomas y causas
Psicomaster Síntomas de la ansiedad anticipatoria
Vogue Cómo puede estar paralizándote la ansiedad anticipatoria
Psicólogos Animae Ansiedad anticipatoria: qué es y cómo controlarla
Autora:
Eva Ojeda Luque – Técnico Superior PRL en MetaContratas.