DEFINICIÓN
Se define «trabajo a turnos como el trabajo que es desarrollado por distintos grupos sucesivos, cumpliendo cada uno de ellos una jornada laboral, de manera que se abarca un total de entre 16 y 24 horas de trabajo diarias.
La descripción legal, según el Estatuto de los Trabajadores, es que el trabajo a turnos es “toda forma de organización del trabajo en equipo según la cual los trabajadores ocupan sucesivamente los mismos puestos de trabajo, según un cierto ritmo, continuo o discontinuo, implicando para el trabajador la necesidad de prestar sus servicios en horas diferentes en un período determinado de días o de semanas”.
En estudios realizados sobre el tema, se ha visto que las personas que trabajan a turnos demuestran una menor satisfacción con el horario y con el trabajo que las personas que prestan sus servicios en jornada laboral diurna.
Ello puede ser debido a diversas causas, pero, sin duda, una de ellas es la falta de adaptación debida a la alteración de los ritmos circadianos* y sociales; así como una deficiente organización de los turnos.
* ritmos circadianos (del latín circa, que significa ‘alrededor de’ y dies, que significa ‘día’) o ritmos biológicos son oscilaciones de las variables biológicas en intervalos regulares de tiempo.
PELIGROS Y RIESGOS LABORALES DEL TRABAJO A TURNOS
El trabajo a turnos exige mantener al organismo activo en momentos en que necesita descanso, y a la inversa. Además, los turnos colocan al trabajador fuera de las pautas de la vida familiar y social. Todo ello provoca un triple desajuste entre el tiempo de trabajo, el tiempo biológico y el tiempo social.
Aunque se sabe que el trabajo a turnos es negativo para la salud, este sistema de trabajo se está extendiendo a nuevos sectores productivos, no por motivos sociales ni por necesidades tecnológicas, sino fundamentalmente por conseguir un mayor beneficio y una amortización rápida de las inversiones. Los intereses económicos prevalecen, una vez más, y desgraciadamente, sobre el bienestar de las personas.
Las consecuencias del trabajo a turnos sobre la salud y el bienestar son:
– Trastornos gastrointestinales, por falta de hábitos alimentarios.
Las personas necesitan al menos tres comidas diarias, algunas de ellas calientes, con un cierto aporte calórico y tomadas a una hora más o menos regular. El horario de trabajo afecta a la cantidad, calidad y ritmo de las comidas.
– Pérdida del apetito.
– Alteraciones en el sueño.
El trabajo a turnos ocasiona perturbaciones en el ritmo biológico del sueño. Para recuperarse de la fatiga diaria es necesario dormir, con variaciones individuales, alrededor de siete horas durante la noche, de manera que puedan darse todas las fases del sueño y se facilite la recuperación física durante las primeras horas de sueño, y la recuperación psíquica en las horas siguientes.
En el trabajo a turnos, sin embargo, esto no es posible, ya que el sueño se ve alterado, no produciéndose nunca una adaptación plena al cambio horario.
– Trastornos nerviosos.
– Mayor gravedad de los accidentes.
– Insatisfacción personal en el trabajo.
– Empobrecimiento de las relaciones sociales y familiares. (alteraciones de la vida social)
Las actividades de la vida cotidiana están organizadas pensando en las personas que trabajan en horarios habituales: puesto que el ser humano es diurno, la sociedad es una cultura diurna.
El trabajo a turnos, especialmente el turno de noche y el de tarde, dificulta estas actividades e incluso la relación diaria debido a la falta de coincidencia con los demás. Existe por tanto, menor oportunidad de vida social al disminuir la posibilidad de participar en actividades sociales o de coincidir con amigos o familiares.
– Pérdida de amistades.
– Incidencia en la actividad profesional.
La baja actividad del organismo durante la noche y la posibilidad de que los trabajadores nocturnos acumulen fatiga por un sueño deficiente hacen que se den una serie de repercusiones negativas disminuyendo el rendimiento del trabajo: acumulación de errores, dificultad de mantener la atención, de percibir correctamente la información o de actuar con rapidez.
– Dificultad para disfrutar del ocio.
– Aumento del número de accidentes de trabajo.
– Absentismo.
EJEMPLOS DE MEDIDAS PREVENTIVAS Y MEJORAS EN LAS CONDICIONES DE TRABAJO.
Según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), las recomendaciones para mejorar las condiciones de un «trabajo a turnos» son:
- Aumento de las pausas y tiempos de descanso
- Vacaciones suplementarias para el personal a turnos.
- Establecimiento de un límite de tiempo para trabajar a turnos (por ejemplo, 15 años como máximo).
- Establecer limitaciones de edad para acceder al trabajo a turnos. (Por ejemplo, desaconsejándolo a los menores de 20 años y mayores de 45 o estableciendo los mecanismos oportunos para que los trabajadores/as en esas edades no tengan que trabajar a turnos si no lo desean).
- Establecer un coeficiente reductor de jubilación para los que hubieran trabajado a turnos (por ejemplo, 0,25 por año).
- Mejorar las condiciones generales del trabajador/a a turnos.
- No trabajar nunca de noche en solitario.
- Establecer pausas para ingestión de comidas calientes. No menos de 45 minutos.
- Exigir menores tasas de rendimiento al trabajador/a nocturno.
- Evitar los turnos dobles, asegurando el relevo.
- Establecer un calendario de turnos pactado y conocido con suficiente antelación para organizar la vida social.
- Posibilidad de flexibilizar la asignación a turnos para que los propios trabajadores acuerden entre sí intercambios de turno.
- Vigilancia de la salud.
- El Servicio de Prevención debe ejercer una adecuada función de vigilancia preventiva específica: los trabajadores de turnos deberían pasar reconocimiento cada 6 meses. El Servicio de Prevención debe estar capacitado para reconocer síntomas que sugieran una desadaptación del organismo al trabajo a turnos y estar habilitado para indicar en estos casos el cambio de puesto a uno de jornada normal.
- Establecimiento de criterios médicos para excluir trabajadores del trabajo a turnos.
BIBLIOGRAFIA
– NTP 455: Trabajo a turnos y nocturno: aspectos organizativos.
– Recomendaciones de la OIT.
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Sonia García Romero.
Ingeniera Civil, Técnica de Prevención de Riesgos, Formadora.
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